Yamandú Orsi abrió su discurso ante la ONU “desde un país pradera con balcón al mar”, donde la tranquilidad y la hospitalidad definen la identidad nacional. No es un adorno literario: es posicionamiento. El presidente ancla la marca Uruguay en cuatro atributos que el viajero y el inversor turístico valoran: seguridad, convivencia democrática, previsibilidad institucional y cultura del acuerdo.
Lo que dijo (y por qué impacta al turismo desde el exterior):
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Hospitalidad y cercanía. “Un presidente puede caminar sin custodia entre la gente.” El mensaje subraya seguridad percibida, intangible decisivo a la hora de elegir destinos.
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Alternancia normalizada y acuerdos “a la uruguaya”. Reglas estables, contratos que se cumplen y estabilidad macroeconómica como política de Estado: señales que reducen riesgo país para inversiones hoteleras, enoturismo, MICE y turismo de bienestar.
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Vocación de paz y multilateralismo. Uruguay se postula como sede de diálogos y mediación y recuerda su liderazgo per cápita en misiones de paz: reputación internacional que fortalece la marca destino en mercados de alto gasto.
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Reconocimiento de desafíos internos (pobreza infantil, desigualdad) junto a consensos para abordarlos: narrativa de realismo responsable que evita el tono publicitario y mejora la credibilidad.
Contexto global que refuerza el argumento:
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Cita el aumento del gasto militar a 2,7 billones de dólares y el mayor número de conflictos interestatales desde 1945. Frente a ese mundo “convulsionado”, Uruguay se presenta como oasis de previsibilidad. Para el turismo, eso se traduce en preferencia por destinos seguros y estadías más largas.
Importante mensaje para atraer turistas e inversión
El discurso refuerza la estrategia de Uruguay de diferenciarse en la región como un país de bajo riesgo, institucionalmente previsible y con capacidad de proyectar estabilidad. Para diplomáticos y analistas, la propuesta de ofrecer a Uruguay como sede de negociaciones internacionales busca capitalizar esa reputación. Para el sector turístico, la narrativa de paz, hospitalidad y seguridad se traduce en un posicionamiento atractivo frente a viajeros e inversores en hotelería, enoturismo y turismo de negocios. Orsi cerró con una cita de José Mujica: “La tolerancia es el fundamento para poder vivir en paz”, presentando a Uruguay no solo como un país pequeño en términos militares o económicos, sino como un actor que busca valor en intangibles cada vez más escasos: confianza, previsibilidad y estabilidad.
- Demanda: la promesa de seguridad y hospitalidad favorece la captación de familias, seniors, nómadas digitales y turismo de naturaleza.
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Oferta: abre ventana para alianzas público-privadas en infraestructura, conectividad aérea/regional y productos de alto valor (vino, campo, costa, bienestar).
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Marca país: el giro narrativo —del “sur del sur” a hub de paz, derecho y acuerdos— mejora el storytelling para ferias internacionales y campañas en mercados vecinos.
