100 años, historias de su construcción
Domingo, 31 Agosto 2025 18:37

100 años del Palacio Lesgilativo 100 años del Palacio Lesgilativo

El 25 de agosto, el Palacio Legislativo de Uruguay cumplio 100 años desde su inauguración en 1925. La obra, de inspiración neoclásica griega, es uno de los edificios parlamentarios más bellos del mundo y el corazón institucional del país. Sus fachadas majestuosas, coronadas por columnas y esculturas, y sus salones revestidos de mármoles, maderas y bronces, no solo impresionan por su estética: cuentan una historia de identidad, orgullo y decisión nacional.

En 1906, durante la colocación de la piedra fundamental, el país estaba bajo la presidencia de José Batlle y Ordóñez (1903-1907), uno de los principales impulsores del proyecto. Visionario y reformista, Batlle no solo buscaba erigir un edificio imponente para albergar al Poder Legislativo, sino también enviar un mensaje de identidad nacional. El prestigio internacional del mármol de Carrara, en Italia, dominaba la época y era el más usado para los palacios y grandes construcciones.

Lo que pocos saben es que gran parte del mármol que reviste sus pasillos, escaleras y salones no cruzó el Atlántico desde Italia, sino que fue extraído de una cantera uruguaya: Nueva Carrara, en Maldonado.  La cantera elegida cuya calidad y belleza rivalizaban con la europea. La decisión buscaba mostrar al mundo el valor de los recursos nacionales. Así, en 1908, la Compañía de Materiales de Construcción de los hermanos Fabini ganó la licitación para proveer los mármoles que vestirían el Palacio. En su época de mayor actividad, más de mil trabajadores —muchos italianos emigrados— extraían y tallaban la piedra, dando vida a un poblado que también llevó el nombre de Nueva Carrara.

“Su objetivo era doble: demostrar la calidad de los recursos nacionales y fortalecer la industria local”

El Palacio, un museo vivo

La experiencia arranca con una visita guiada al Palacio Legislativo. En su interior, el mármol luce con una variedad de tonalidades que va del blanco al gris veteado, con destellos que cambian según la luz que entra por los vitrales. Aquí se aprecia el trabajo de los canteristas y talladores, en gran parte italianos, que a principios del siglo XX dieron forma a cada pieza.

El edificio, declarado Monumento Histórico Nacional, guarda joyas como la Biblioteca del Poder Legislativo, la Sala de Sesiones y el Salón de los Pasos Perdidos. Para este año de centenario, se preparan actividades especiales que incluirán exposiciones históricas y recorridos temáticos sobre su construcción.

Fue así como el mármol de Nueva Carrara, en Maldonado, ganó protagonismo en un proyecto que combinó estética, política y economía, y que terminaría convirtiéndose en uno de los símbolos arquitectónicos más importantes del país.

En el interior, el mármol luce en escaleras, columnas y salones, como el Salón de los Pasos Perdidos, donde la luz de los vitrales realza las vetas de la piedra. El edificio, declarado Monumento Histórico Nacional, alberga también la Biblioteca del Poder Legislativo y las cámaras parlamentarias. Este año del centenario, habrá exposiciones históricas y recorridos temáticos que muestran desde planos originales hasta fotografías de la construcción, junto con anécdotas de los protagonistas de la obra.

El horario de visitas guiadas al Palacio Legislativo de Uruguay es de lunes a viernes. Las visitas se realizan a las 11:00 y 15:30 en español y portugués, y a las 15:30 en español e inglés. El costo de la entrada para turistas extranjeros es de US$ 3,00 o $140 pesos uruguayos, y solo se acepta efectivo. Es posible coordinar las visitas por correo electrónico a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.  o llamando al 29241783.   

Rumbo a Maldonado: siguiendo la huella del mármol

Desde la capital, el viaje continúa hacia el este. A poco más de 100 kilómetros, cerca de Pan de Azúcar, se encuentra la cantera Nueva Carrara, bautizada así en alusión a la célebre localidad italiana. Su historia arranca en 1847, pero alcanzó su apogeo en 1908, cuando la Compañía de Materiales de Construcción, fundada por los hermanos Fabini, ganó la licitación para proveer el mármol del Palacio.

La elección no fue solo por conveniencia económica. La piedra de Nueva Carrara ofrecía una coloración y una solidez que rivalizaban con la mejor cantera europea, y representaba un acto de confianza en lo propio. Durante su explotación para la obra, más de mil operarios trabajaban en la zona, creando un poblado que llevó el mismo nombre.

La cantera como destino turístico

Hoy, la antigua cantera ha dado paso a un paisaje sereno y cautivador: una laguna profunda de aguas cristalinas rodeada por paredones de mármol, donde las vetas cuentan historias geológicas y humanas.

Un mirador con piso de vidrio permite contemplar el conjunto de forma segura, acompañado de paneles informativos que narran el vínculo entre este rincón de la  historia que dio mármol a tantos mausoleos  y  al propio Palacio Legislativo

El pueblo oculto de Nueva Carrara

Pocos viajeros saben que, junto a la cantera, nació a principios del siglo XX un pequeño asentamiento que también se llamó Nueva Carrara. Fue construido para alojar a los más de mil trabajadores —muchos de ellos italianos— que tallaban y pulían el mármol.

Hoy, entre caminos de tierra y vegetación, sobreviven algunas de sus huellas:

  • Restos de antiguas casas de piedra con marcos de madera oscura.
  • Hornos de cal cubiertos de musgo.
  • Un pequeño cementerio olvidado, donde lápidas en español e italiano cuentan silenciosamente la historia de quienes dejaron su vida en estas sierras.
  • Visitar este “pueblo desconocido” es como abrir una ventana al pasado industrial y humano de Uruguay. No hay carteles ni senderos señalizados; para encontrarlo, conviene ir acompañado de un guía local que conozca la zona. Su carácter intacto y apartado lo convierte en un verdadero pueblo mágico que aún no ha sido tomado por el turismo masivo.
  • Pista importante para localizar el pueblo, cuando llegamos a la rotonda viniendo del Este o desde Montevideo antes de entrar a Pan de Azúcar  se comienza este hermoso paseo.

Una ruta que une dos patrimonios

En este año especial, el viaje es mucho más que un paseo: es la oportunidad de unir dos puntos de un mismo relato, el de un presidente que decidió construir con lo propio y el de una piedra que, al cumplir un siglo en el Palacio, sigue hablando de identidad y de orgullo nacional. El regreso a casa puede hacerse por la Ruta Interbalnearia, con paradas en Piriápolis o en algún mirador costero.

 

El recorrido de mi crónica de hoy une dos mundos: la solemnidad del Palacio y la serenidad de las sierras, recordando que el mármol que adorna la sede del Parlamento viajó desde este paisaje para convertirse en símbolo de democracia y orgullo nacional.

En este año especial, recorrer el Palacio Legislativo y la cantera Nueva Carrara no es solo un paseo: es un viaje en el tiempo, una historia de decisiones visionarias y trabajo colectivo, y una oportunidad de descubrir un rincón mágico y casi olvidado del Uruguay.

Galería de imágenes : Clickarte.uy